Proyecto H2020 iSQAPER: Evaluación interactiva de la calidad del suelo en Europa y China para la productividad agrícola y la resiliencia ambiental

El proyecto iSQAPER ha creado una aplicación para todos los actores involucrados en la agricultura que desean preservar los suelos para las generaciones futuras. Proporciona datos valiosos y recomendaciones sobre las mejores prácticas agrícolas, basadas en las condiciones edafoclimáticas y el sistema de cultivo local. La agricultura es, sin duda, la base de una sociedad organizada y estable. Pero también es un recordatorio constante de lo insostenibles que son nuestros modelos de producción actuales. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la capa superficial del suelo —que necesitamos para cultivar el 95 % de nuestros alimentos— podría desaparecer en 60 años. 

Si eso ocurriera, la naturaleza tardaría 1000 años en reconstruirla. Por si fuera poco, muchas preguntas relacionadas con la creación de un modelo de gestión del suelo más sostenible siguen sin respuesta. Desconocemos, por ejemplo, qué propiedades del suelo pueden utilizarse como indicadores fiables de la mejora de su calidad. Y cuando los investigadores identifican algo que funciona, a menudo las políticas no siguen el curso previsto y se carece del apoyo de las partes interesadas debido a la falta de participación de toda la cadena de valor desde el principio. «Un alcalde francés nos dijo que lo único que necesitaba para proteger los suelos era más información», señala Luuk Fleskens, profesor asociado de Gestión Sostenible del Suelo en la Universidad de Wageningen. “Por eso decidimos lanzar el proyecto iSQAPER (Evaluación interactiva de la calidad del suelo en Europa y China para la productividad agrícola y la resiliencia ambiental), cuyo objetivo es proporcionar herramientas basadas en la ciencia, fáciles de aplicar y rentables para evaluar la calidad y la función del suelo”.

Recomendaciones confiables en la palma de tu mano Con el conocimiento y los datos fiables que proporciona iSQAPER, los usuarios de la tierra pueden evaluar la calidad de sus suelos y tomar decisiones bien fundamentadas sobre su uso. Pueden hacerlo descargando SQAPP, una aplicación para iOS y Android sobre la calidad del suelo. Ha sido desarrollada, probada, evaluada y mejorada por agricultores, científicos, profesionales, proveedores de servicios agrícolas y responsables políticos. «SQAPP ofrece acceso gratuito a mapas y datos de suelos para cualquier ubicación. Evalúa las amenazas más probables para el estado de la calidad del suelo y ofrece asesoramiento específico sobre cómo mejorarlo. Los usuarios también pueden interactuar con las bases de datos y cargar datos locales para refinar nuestros análisis y recomendaciones», explica Fleskens. El equipo del proyecto alimentó su aplicación con datos valiosos gracias a 14 sitios de estudio en Europa y China. En Europa, podrían beneficiarse de condiciones edafoclimáticas muy diversas dentro de un contexto común de la UE para abordar el problema del deterioro de la calidad del suelo y su mitigación. 

El acceso a China, por otro lado, fue posible gracias al Grupo de Trabajo UE-China sobre Alimentación, Agricultura y Biotecnología (FAB), establecido en 2013. «Nuestros cuatro sitios de estudio allí se encuentran en zonas edafoclimáticas bastante diferentes a las que encontramos en Europa. Sin embargo, se enfrentan a problemas similares de calidad del suelo y gestión», afirma Fleskens. En total, el proyecto identificó 138 prácticas agrícolas diferentes y evaluó su efecto sobre la calidad del suelo en ocho zonas climáticas diferentes y 32 sistemas agrícolas potenciales. Ofrece valiosos consejos a todas las partes interesadas, independientemente del contexto y la ubicación. En Creta, por ejemplo, Fleskens y su equipo se centraron en comparaciones entre la labranza convencional, la labranza cero con pesticidas, y la labranza cero sin pesticidas. 

Se analizó el impacto de cada combinación en la erosión del suelo y la pérdida de contenido orgánico —las principales amenazas a las que se enfrentan los agricultores de la isla— y se comparó con alternativas. Además de SQAPP, el equipo del proyecto también ha desarrollado un conjunto de herramientas para legisladores, investigadores y gestores de tierras que deseen monitorizar y evaluar los suelos a escala local, regional o continental. A largo plazo, el equipo prevé una importante adopción de prácticas agrícolas y de gestión agrícola adecuadas. En Portugal, por ejemplo, el hecho de que los agricultores compartan su experiencia con un público multidisciplinario ya ha propiciado importantes debates sobre las prácticas agrícolas en el país.